Una mirada llena de afecto, caricias delicadas y un cuerpo firme.
El sunbae Yoo Siwan era el hombre perfecto que cumplía con todos los ideales de Han Saei.
Pero con el nuevo trabajo de Siwan, el tiempo juntos comenzó a disminuir,
y justo cuando Saei empieza a sentirse sola, reaparece su compañero de universidad, Tae Jiho.
Piel bronceada, músculos marcados,
una mirada sutil que inquieta,
y un contacto físico que, aunque parece accidental, la enciende con desesperación.
— “Si fuera yo, no te dejaría sentirte tan sola…”
Aunque entiende lo que realmente significan esas señales,
hay una parte de ella que quiere fingir que no lo sabe… solo para dejarse llevar por el juego.
¿Qué hago?
Quiero quedarme con los dos.
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