Zelda se convierte en la emperatriz sustituta del Imperio de Rafión, tomando el lugar de la princesa Resilia, quien huyó en busca de su amor. Zelda pensó que solo tendría que hacerse pasar por la verdadera emperatriz hasta que la princesa regresara, pero después de pasar la primera noche con el emperador Lynel, su plan de divorcio comenzó a tambalearse.
“Espera, no te apresures… Esta noche… Tengo la intención de cumplir con mi deber como esposo.”
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